lunes, 21 de enero de 2008

LOS FANTASMAS DE THAYS



Que quede claro en principio que yo no tengo nada en contra del conocido escritor y crítico literario. Muy por el contrario, Iván Thays –mal que bien- sigue llevando sobre sus hombros la ingrata tarea de dirigir el único programa literario en televisión, colocándose bajo la línea de fuego de medio mundo. Es más, no tuvo ningún reparo en entrevistarme en el mismo a sabiendas que yo era –y espero seguir siéndolo- un Don Nadie en las letras peruanas. Sin embargo, igualmente afirmo que entre nosotros existen abiertas diferencias en la manera de interpretar el proceso literario peruano. En fin, Iván acaba de publicar un artículo en el semanario literario de El País y, si bien intenta ser respetuoso con el grueso de escritores peruanos; sencillamente, no puede con sus fantasmas conceptuales.

Básicamente, Iván pinta el panorama literario peruano fragmentado por rencillas que, si bien denotan actitudes de reconocimiento interesantes, suelen ser demandas menores que pueden caer peligrosamente en totalitarismos y exclusiones. Thays propone el reconocimiento de la pluralidad y la defensa de las diferencias en la producción literaria peruana. Un planteamiento políticamente correcto que, en primera instancia, nadie tendiera a rechazar.

Sin embargo, si nos fijamos en la letra pequeña del texto –tan importante en un ensayo literario como en los contratos bancarios- nos extrañamos que Iván lleve a cuento sus propias rencillas privadas, las mismas que se ventilan no solamente en su blog sino también en otros de forma más airada. Por ejemplo, ¿uno es necesariamente paranoico cuando se hablan de “mafias literarias” en el país?

Bajemos de tono. Digamos simplemente argollas. Bueno, las argollas existen –como han existido en varias épocas de la literatura aquí y en cual otra parte- y es natural que si los escritores son amigos; se ayuden en sus ediciones, se comenten amigablemente sus libros, se soben la joroba e incluso se los defienda pese a flagrantes errores cometidos. Es normal. Lo anormal es cuando las argollas se arrogan el derecho de ser las voces autorizadas de la literatura, se burlen de los extraños, se aprovechen de evidentes posiciones de privilegio y, lo más triste, que terminen mirándose al ombligo y obviar cualquier noticia que no proceda de sus taifas domésticas. En sociedades más democráticas las argollas tienen los límites del mercado y la opinión pública; en países tan fragmentados, irregulares y atrasados como el nuestro, la argolla pisa con impunidad.

Otro fantasma es el mito que los escritores que se sienten excluidos se ciñan la corona de los “verdaderos escritores peruanos”. Pensemos otra cosa: Que muchos escritores se enorgullecen de una peruanidad siempre ligada a la producción y las dinámicas culturales de vastos sectores populares a los cuales siempre miran, disfrutan y convocan. El problema de la exclusión no es que los excluidos reclamen su parte de la torta; sino que –de una puñetera vez- todos los escritores tengamos ojos, voluntad y vocación para mirar el inmenso calidoscopio literario del Perú. Los escritores hegemónicos han hecho una gran labor por la literatura en el Perú, pero ésta no saldrá de su estancamiento mientras continúe la pertinaz ceguera sobre la tremenda producción existente en Iquitos, Huanuco, Cuzco o Chimbote. Por mencionar cuatro ciudades nomás.

Finalmente, no entendemos esa mención de la “educación maoísta” de algunos escritores como formadora de un presunto espíritu totalitario de los mismos ¿Acaso Miguel Gutiérrez, Dante Castro o Julián Pérez –por señalar a los “sospechosos habituales”- han construido su arte básicamente en las páginas del Libro Rojo o las Cinco Tesis? ¿De verdad no podemos reconocer en los escritores que nos contravienen, otros soportes culturales, otras experiencias que precisamente han dado un peculiar sello a su creación?

Acá también creemos en la pluralidad, en el derribo de un canon unidireccional y en liquidar lógicas de exclusión. Pero acá pedimos democracia y, caray, un poco de humildad: Este país es más grande y más hermoso que sus escritores (criollos, andinos, afros, niseis, bachiches y lo que venga) y, para quienes trabajamos el arte, tenemos que conocerlo a fondo. Pueblo por pueblo, acre por acre. Si vivimos en un país fragmentado, heteróclito y conflictivo; las bases para que la palabra escrita empiece a comunicarnos y conocernos pasan por una exhaustiva inmersión en el grueso de nuestra cultura y de nuestra gente. Contra nuestros fantasmas privados, caminemos por la sencilla realidad

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Dices: "(...) para quienes trabajamos el arte, tenemos que conocerlo a fondo. Pueblo por pueblo, acre por acre. Si vivimos en un país fragmentado, heteróclito y conflictivo; las bases para que la palabra escrita empiece a comunicarnos y conocernos pasan por una exhaustiva inmersión en el grueso de nuestra cultura y de nuestra gente."

No estoy de acuerdo. Si de lo que uno siente ganas de escribir es de las cuatro paredes de su cuarto, ese y no otro debe ser su tema. Sí me parece mal que Thays hable de pluralidad como santo remedio y no diga cómo debería funcionar ésta.

javier dijo...

Metete: CUALQUIER ESCRITOR TIENE DERECHO A ESCRIBIR COMO LE DÉ LA GANA. El problema es cuando esos escritores empiezan a imaginarse voces canónicas o representantes de grandes tendencias (algo que trasciende sus iniciales cuatro paredes) y la cagan: Como cuando Santiago Roncagliolo -en olor de márketing- dijo eso que él era el precursor de la novela sobre la violencia. Si uno pisa lo extraliterio -está en su derecho- tiene que reconocer, admitir y buscar esas otras voces, tendencias y realidadades. Y eso es su deber.

Anónimo dijo...

Usted tampoco cumple sus deberes,señor Garvich, cuando habla de literatura sobre Lima e ignora a un autor tan trascendental como Zein Zorrilla. En "Siete rosas de hierro", gran parte de los cuentos tratan sobre una Lima emergente, de nuevos ciudadanos provenientes de los conos.
No entiendo cómo critica algo en lo cual usted ha caído. Y espero que no censure este comentario, como hizo con el anterior.

javier dijo...

Anónimo (espero que, de momento): Afortunadamente no soy un sabelotodo y solo respondo por lo que leo. Si consideras que "Siete rosas de hierro" es la fundadora de la novela migrante, me gustaría que nos regalaras un post con ese tema y en buenahora. Lo que -por favor- quiero evitar es el eterno punching de dimes y diretes, tan habitual en la blogósfera. Así que venga ese post, pero tampoco me traigas un tocho de siete mil palabras....(bueno sí, ya veremos dónde lo colocamos).

Anónimo dijo...

OK, sale caliente.
Pero no es una novela, sino 7 relatos, que debieron contar con mayor audiencia.

Anónimo dijo...

Aunque mejor lo resumen los propios editores:

En Siete Rosas de Hierro, Zein Zorrilla aborda la realidad peruana contemporánea desde un punto de vista que se aleja de la tradición narrativa afincada en Lima. Los conflictos y contradicciones de una sociedad golpeada por décadas de violencia, contenida por la adversidad de la imponente geografía que habita y atravesada por el tortuoso camino hacia una improbable modernización, producen nuevos tipos sociales que, en la prosa sencilla y directa de Zorrilla, se encarnan en personajes de perfiles afilados, labrados en la sobriedad de las alturas andinas.

Con altísima precisión, cada uno de estos siete cuentos contribuye a descubrir, aún para los propios peruanos, los derroteros por donde avanza la nueva conformación cultural del país. Zorrilla, heredero de una gran tradición literaria, pero también representante de la influencia que puede ejercer el cine sobre la literatura, centra su atención en la fenomenología de los encuentros y los desencuentros producidos por la migración andina hacia las ciudades de la costa. A partir de ahí trasciende el giro indigenista que ha caracterizado a la literatura de los Andes y entrega una visión a la vez desencantada y esperanzadora de los numerosos enfrentamientos que está viviendo el Perú.

Historias de desequilibrio cultural, de vacilación entre lo viejo y lo nuevo, estas Siete Rosas de Hierro son punta de lanza de una nueva perspectiva literaria en el Perú y corazón de un humanismo que no se deja amedrentar por la indiferencia de la tradición ante la realidad que empieza a redibujarse en la cordillera andina. (Los Editores)

---Ahora, mi opinión. Zorrilla plantea una realidad nueva, observable por cualquiera, y por eso, menos ingénua que ciertos indigenismos trasnochados. No se trata de campesinos explotados y mistis abusivos, sino de migrantes de segundas y terceras generaciones, que comen papa y ají así como pizza y hamburguesas. El abuelo campesino engendra al hijo camionero y este a la hija estudiante de sociología. Los personajes de Zorrilla no "conquistan" la ciudad (es decir, no se blanquean o se vuelven imitadores de los ex mistis), sino que la transforman, en los conos, engendran una nueva Lima. Por supuesto, esto no se da sin fricciones ni penurias, está el cuento de los provincianos que vienen a saludar a la patrona y esta simplemente los ignora. Pero en este ignorar se nota ya una postura forzada, una reaccion mas bien propia de clasemediero venido a menos, que no soporta que los cholos hayan cambiado "su" Lima.
Hay una progresion respecto a "Dos mas por Charly" en Site rosas... En la primera novela, hay la crónica d de un fracaso, esta vez, de alguien que vino a asimilarse (por algo es Charly y no Carlos) y no lo logró. En Siete rosas... si estan los inicios (literarios) de algo mas que una asimilacion, que es un cambio incruento de Lima hacia una ciudad de migrantes.

Alexander Blog dijo...

señor Garvich, quisiera decirle solo una cosa: usted trata con guantes de seda a Thays porque lo entrevistó en su programa y lo puede volver a entrevistar. Para usted y para sus amigos como Marcel Velázquez Castro, estar en la tele es importante, aunque sea entrevistados por Thays. Y sabe por qué, señor Garvich, porque usted quiere ser famoso como Cueto, y el señor Velázquez quiere tomar la posta de Oviedo, y eso no se puede hacer desde Cerro de Pasco y lejos de los medios.

Por qué usted cuando se junta con Thays no recomienda a escritores de provincias para que sean entrevistados? por qué usted y Velázquez no dejan espacio para otros escritores que de veras son marginados y no tienen acceso a los medios porque no conocen ni conocerán a Thays. Usted tiene un portal de Terra y habla de marginación. Velázquez escribe en El Comercio y habla de dar más oportunidades y derechos a los negros y subalternos. Cómo se entiende eso? Con todo respeto le pido una explicación.

javier dijo...

Señor Anónimo (y espero que muy pronto deje de serlo en nuestro blog):

En primer lugar, en este blog no vamos a carajear ni a mandar a la porra a nadie porque no nos caiga bien. He sido lector de blogs durante más de un año y sé que lo peor para un blog es insultar a los demás, budcar la pura confrontación o, siquiera, usar frases destempladas para referirse a un contrincante. Esa no será nuestra política ni aunque fans como usted nos lo imploren.

Iván Thays sabe que ni él ni yo nos llevamos bien, que tenemos puntos de vista antagónicos -no digamos distintos- sobre muchísimos temas literarios. Eso no es óbice para que yo tenga que llamarle felón, corrupto, oportunista, mangonero o cualquiera de las calificaciones que se le ocurran. Y no lo hago porque quiera volver a salir en su programa (el cual, vox pópuli, tiene los días contados).

No sé qué michi tiene que ver Marcel Velázquez en esto y mucho menos Oviedo. Señor Anónimo, USTED TAMBIÉN TIENE SUS FANTASMAS. En todo caso, créame, una de las razones de este blog es de ser una ventana para todos los escritores peruanos que no aparecen en la crítica oficial.

Y, finalmente, tiene usted razón: Quisiera ser tan famoso como Cueto. Como Fernando Cueto, el gran escritor chimbotano.

Anónimo dijo...

ojala que thays se quitara esos pelos de la cebza, se ve un horror, esta feo y con el pelo largo: ¡un espanto! con el pelo corto se veria, al menos, decente y no como peladillo.

Anónimo dijo...

Oe causa, taque si quieren una buena novela de los cholo powers, pues ya sale el libro con la vida de TONGO. Para el deleite general.

ahhhhh y ese "anonimo" que defiende a Zein Zorrilla debe ser su editor, porque ese libro de cuentos que menciona, nadie lo ha leido porque debe ser malo, y lo quiere voletear a toda costa.

Chacalon jr.

Anónimo dijo...

Los escritores de provincia viven en un eterno complejo de inferioridad que los arrincona detrás de los andes. Ahora que el mundo es pequeño no entiendo por qué persisten en mantener ese tipo de mentalidad. Si un escritor provinciano se cree bueno, que envíe copias de sus manuscritos a todas las editoriales habidas y por haber y que sea el mundo -y no Lima y sus argollas- si merece el título de escritor o no.

Otra cosa es que deseen vivir en un país -que cada día son menos- donde el estado les edita cualquier tontería, so pretexto de defender los valores culturales de la nación.

Anónimo dijo...

nadie lo ha leido porque debe ser malo

Felicito al sr. Chacalón Jr. por sus poderes de deducción... ¿o debo decir por su prejuicios? No soy editor de Zein Zorrilla.

¿Y para cuando sale ese libro de Tongo?

Anónimo dijo...

Que lo escriba Zein Zorrilla o mejor tù ¿no crees? hazte una peeeee

Adios

Anónimo dijo...

Estimado Javier:

Se me ha pasado los días para poder felicitarte por tu blog. La última vez que nos vimos (por desgracia siempre por un accidente, nunca por nuestra vieja amistad)hablamos sobre literatura. ¿Qué otra cosa más podía hacer? Nuestra discrepancias no impidieron poder conversar de manera tranquila y alturada, y lo disfruté. Demuestra que eres una persona formada e informada, pero (como me pasa a mí con la historia) no podemos leer todo ni saber de todo. Por eso no le hagas caso a los que (como alumnos malcriados del colegio que quieren lucirse ante sus compañeros "pescando" al profesor) dicen por que no leíste esto o lo otro. Respondiste como se debe: No. No pues. ¿Cuántos reconocen públicamente no haber leído algo o haberse equivocado (que este último no es este el caso)? Pocos.
Peor aún cuando se encubren con seudónimos, invitaciones selectas a participar en su blog y, para colmo, ponen información falsa (¿Afganistán? le sale el inconsciente) para cubrirse de poder "lucirse" ante sus compañeros tirando la piedra y ocultando la mano.

Más todavía por criticar salir en la televisión, como si fuera un delito de lesa cultura. A ver si entendí: la tesis que está detrás de esto acusa a un sector de nuestra literatura de ser discriminados por los escritores predominantes (lo cual es cierto en el fondo), pero se critica a los que van a la televisión a hablar de literatura. ¿Por qué se queja de ser discriminado de un espacio al que se menosprecia? Si considera que no debe irse a esos espacios, ¿por qué se denuncia ser discriminados de los mismos? Es contradictorio (para no decir otra cosa).

Creo que muchos de los que critican de esta manera al final son pura pose para dárselas de revolucionarios y justificar su mediocridad o su falta de creatividad.

No estoy diciendo que en la famosa polémica unos tengan la verdad absoluta y los otros manipulan con descaro, que unos son los buenos y otros son los malos. Estoy de acuerdo que existe discriminación en nuestra literatura. Pero, ¿los discriminados (como en cualquier otro sector de nuestra sociedad) son incapaces de crear espacios alternativos o de crear una contracultura? Pues no, no lo son. ¿Por qué quejarse entonces? ¿Por qué asumir una actitud victimista que sólo lleva a la inmovilidad? Pues para poder dársela de revolucionario sin ensuciarse los zapatos. Hay gente que vive de eso. También ellos tienen sus revistas, sus espacios propios y, por supuesto, sus viajes al extranjero pagados a eventos internacionales para encontrarse con personas de otros países que hablan de lo mismo o entregarse mutuos reconocimientos o, inclusive, darse premios literarios.

Pero lo peor de ello no es eso. Es que entre los "discriminados" que viajan se arrogan el derecho de "representar" a los verdaderos marginados y excluidos de nuestra literatura, que los hay, y que tú estás contribuyendo en algo a visibilizar. Por eso te critican: consideran que sólo ellos son los “verdaderos” representantes y que los demás son unos “vendidos” o unos “traidores”. No les gusta la competencia.

Esto de lo que hablo pasa en la política y pasa en la literatura. En el fondo, es la persistencia del gamonalismo en nuestra política y en nuestra literatura. Gamonales que se quejan del centralismo limeño, que dicen representar a los excluidos, pero realmente son los señores locales que explotan a esos excluidos. En el pasado hubieron indigenistas e indigenistas. Algunos eran gamonales, otros escritores urbanos con una sincera identificación con los excluidos. Igual pasa hoy. Por lo que cuentas, tenemos genuinos representantes de nuestra literatura de los cuales no se habla y no se les difunde, y son buenos. Pero, como en todo, no todos los serán e intentan vivir del discurso victimista. Eso pasa en todas partes y en todas las especialidades. Como en época pasadas, algunos de estos gamonales se meten a revolucionarios por que encuentran en el dogmatismo burocrático un supuesto “discurso moderno” que, en el fondo, encubre una de las más terribles de nuestras taras sociales.

Por último, contarte que hace unos años atrás leí “Siete Rosas de Hierro” de Zeín Zorrilla que mencionan. Lo compré en la Feria del Libro en una edición del Fondo de Cultura Económica (¡Horror! Su libro estaba en un espacio controlado por los escritores predominantes ¿No se habrá vendido al enemigo?). Lo compré por que había oído hablar de él y siempre tengo interés en leer buena literatura. Sin embargo, no he leído a ninguno sólo de los autores de los que cuentas en tu blog o que me has comentado en nuestros encuentros. (Por qué son difíciles de encontrar. Ni siquiera en centros de “contracultura” limeña como la calle Quilca). ¿Soy mejor que tú o más informado que tú? ¿Eso me hace especial? Pues no, no y no.

Cabe señalar que arrogarse el tener la verdad absoluta es lo menos creativo que puede haber para un escritor o un crítico. Ya decía Sthepen Hawking: "Que aburrido debe ser Dios, sin nada nuevo que descubrir". Un abrazo,

Ricardo Portocarrero

Federico Villarán dijo...

Bueno, el asunto es que la dicotomia no es entre argollas/excluidos o criollos/andinos. La dicotomia es entre los que venden y no venden. Por ejemplo: Magaly Medina venderia muchisimo más que Leonardo Aguirre, aun cuando escribiera una novela, seria un adefesio, pero venderia.

Esa es la logica de las editoriales grandes y de los medios. Difundir a quien vende y minimizar o ignorar a Huamanticas y Juan Perez.

Anónimo dijo...

Sic transit gloria mundi... Se acabó este blog.

javier dijo...

A Federico y al anónimo del 11:24.

Han planteado un interesante debate sobre mercado y producción literaria. La gran pregunta es ¿Manda el mercado en el mundo literario peruano? ¿La calidad y la excelencia literaria de por sí generan demanda? ¿Acaso el problema es, justamente, que lo que tenemos es un mercado enano, irregular, viciado por colleras, sin capacidad de reproducirse más agresivamente? En un próximo post voy a meter mi cuchara.