lunes, 7 de abril de 2008

Justo lo que necesita la Educación peruana...


...según nuestro Ministerio de Educación.
Sí amigos, el Ministerio desde su propio portal propagandiza y auspicia el ciclo de conferencias de ese gran charlatán llamado Miguel Ángel Cornejo, que instruirá a los docentes en nada más y nada menos que en Educación de excelencia y desarrollo humano.
Es decir, en vez de una capacitación de calidad, mejoras salariales, meritocracia, colegios bien equipados, bibliotecas y muchísimas cosas más que me dejo en el tintero; esa lumbrera que es el ministro Chang les recomienda una fascinante noche escuchando a un agitador de masas postmoderno.
Porque, obviamente, no estamos hablando de Noam Chomsky (invitado el año pasado por la PUCP y la Decana de América) ni de Umberto Eco. Ni siquiera un conocido de estas tierras como Carlos Monsiváis. No, los maestros peruanos se merecen a un distinguido palabreador, fabricante de eslóganes efectistas y que se aprovecha de la autosugestión, la baja autoestima y la proclividad por creer en supercherías que tienen muchos de nuestros hermanos, golpeados por la desgracia y engañados tantas veces.
Parece que el gobierno aprista está empeñado en llamar brutos a los maestros en todas las lenguas, sea diciéndole que necesita escuchar fabulitas sobre el éxito personal de parte de un bocazas, sea aplicándoles un pésimo examen de evualuación plagado de errores.
¿Cuál será la próxima genialidad de Chang? ¿Repartir entre los profesores libros como éste?
Lo repito, se nos viene la barbarie.

23 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja, muy buen post. Aunque, de carambola, es posible que las alocuciones del señor Cornejo motiven a más de un profe despistado, que de que los hay, los hay. No habré visto yo a más de una amiga abogada de la PUCP llorando a moco tendido viendo un VHS del motivador.
Bromas aparte, ¿está el magisterio peruano (y el alumnado?) para una mayor exigencia? Se sabe de alumnos universitarios que consideran excesivo que algún profesor les exiga la lectura, no ya de un libro, sino de una separata para la semana entrante. ¿Se puede plantear la exigencia como un punto dentro de la currícula? ¿O caeremos en el victimismo fácil de decir que no, que a un maestro o alumno peruano no se le puede exigir por que es pobre, está mal alimentado o demás demagogieces?

javier dijo...

Al maestro peruano se le ha de exigir en función de lo que se le dé. El problema es que se le da muy poco: capacitaciones mediocres, cero libros, cero estímulos para mejorar el sistema de enseñanza en sus colegios, cero premios por innovación (eso más bien se penaliza en las UGELs), cero oportunidades para mejorar su nivel académico (¿Acaso existen años sabáticos o créditos para los profesores hagan su postgrado? En el BCR sí lo hacen con su personal). Creo que la Derrama da más cosas. Y luego nos quejamos de porqué el SUTEP es tan fuerte.

Anónimo dijo...

No podíamos esperar menos de la bestia Chang, de los apristas inmundos y toda esa retahíla de ladrones e ignorantes apristas, filoapristas, apristones y apristoides que infestan hoy el estado criollo.

Comparto lo dicho por anónimo que tan pobre opinión tiene sobre los universitarios: he visto muchas veces estudiantes no ya de la Caótica solamente, si no de la San Marcos, Villareal, la Agraria y ni qué decir de esos antros llamados alas peruanas, los angeles, idat, etc. Muchas veces he visto con indignación muchachos que pagaban medio pasaje LEYENDO CON SUMA ATENCIÓN sus libracos de Cornejo Rosado, Quién se ha llevado mi queso, esa mierda de Paulo Coelho, ahora el de moda es La Vaca, llegar a los Cincuenta y no morir, como antes lo fueron Tus Zonas Erróneas... qué se puede esperar de un pueblo que además se enorgullece de sus cadenas, se jacta de ser BRUTO e IGNORANTE y no hace nada por cambiarlo, a un enternado que lee EL BOCÓN, EL CHINO O CORREO, muéstrale una alternativa de lectura y te la echará por la cara después de insultarte: mucho importa la fuerza de voluntad, estimado Javier. Un hincha de fútbol, Magaly o un reguetonero infame es un caso perdido y esos se merecen a Cornejo Rosado, no los profesores y perdona el pesimismo.

Rafael Inocente

Anónimo dijo...

Javier, cierto es que las condiciones de profesores y alumnos son de lo más precario. Lo que brutamente llevaría a pensar que para ellos, Cornejo es suficiente.
Pero también es cierto que las generaciones actuales han optado por una actitud de no-exigencia, de seguir el camino más fácil, de aprobar con las justitas nomás. Por hablar solo de libros, aunque hay ediciones de todo precio, la gente se queja de que no alcanza para comprar libros. Pero esa misma gente tiene cable, DVD, televisor pantalla plana, autos 4X4 y viajes al extranjero. Pero hay que ver como chillan frente a un libro de 40 soles.
No pues, no se puede vivir culpando a los demás. En mi hogar siempre hubo abundancia de libros gracias a mi padre, pero mis tres hermanos tres no les dieron importancia. ¿Culpa de sus profesores, culpa del APRA?

Lo irónico de todo esto es que este ambiente de no-exigencia ha sido promovido desde cierta izquierda: los libros y ciertos autores empezaron a ser motejados de reaccionarios o burgueses, la cultura digamos clásica (música, pintura, escultura) se convirtió en algo alienante y extranjerizante... Total, todo se podía y debía rechazar por no ser popular, nadie debía destacar para igualarnos hacia abajo. Y eso lo recogió nada más y nada menos que Fujimori, que llevó este triste estado de cosas a su perfección, con su famosa frase YO NO ADMIRO A NADIE. Pero el si fue admirado por intelectuales como Marta Hildebrandt (el presidente tiene un excelente manejo del idioma, dijo la señora) y Pablo Macera (el Perú es un burdel...y como congresista fujimorista espero poder administrarlo).

La educación peruana nunca funcionará como política, acuerdo u organización. Lo que funciona es el deseo de la gente por autoeducarse, sea por su cuenta, sea a través de otras instituciones. Y ese deseo existirá cuando la cultura vuelva a valer (en el sentido axiológico) algo para el ciudadano de a pie.

Carlos Vargas Salgado dijo...

Buena pedrada, Javier! Al menos parece quedar claro que nuestro ministro de educación tiene un coeficiente intelectual precario. Pero ahora pregúntate dónde estará el real negocio de traer al florero Cornejo (por enésima vez)? El ministro pareciera fronterizo para varias cosas, pero no para eso...

Anónimo dijo...

Me animo a intervenir porque yo, sin haber nacido en este hermoso país, creo que lo más importante es la lectura. La educación peruana requiere una verdadera promoción lectora. En nuestras aulas se debe discutir de literatura y hacer literatura.
En cuanto a la literatura peruana, lo que pasa es que los referentes son muy altos, ¿no? Ribeyro, Vargas Llosa, la generación del 50. Faros difíciles de alcanzar. Después de tantas luces, creo que nos toca un periodo de relativa sequía y eso no debe traumatizarnos. Lo importante es que los escritores, al menos los más interesantes, son diferentes, y eso ya es importante. Un libro como La disciplina de la vanidad es algo insólito en el Perú y es probable que por su naturaleza exprese las inquietudes de nuevas generaciones con mayor precisión que nuestra literatura internacionalmente consagrada. Esta es una opinión enteramente personal, pero yo creo que este pequeño libro de Thays es más interesante que los últimos libros de Vargas Llosa. Nadie va a repetir el monumento que es Conversación en la catedral, pero tampoco es el objetivo de los escritores más interesantes que están activos en la actualidad.

Giuliano Vecco F.

javier dijo...

El hecho que la razón crítica haya sido desplazada por la sociedad del espectáculo es un hecho a nivel global. En cualquier parte del mundo -incluso en países tan "cultos" como Alemania o Japón- te dirán que ahora se lee menos y que lo que conocimos como los Clásicos en las artes y las humanidades se ha convertido en territorio habitado por una minoría cada vez más reducida. Todos (incluso en el Perú) tenemos el deber de enfrentar este problema y buscar salidas imaginativas para que todos nos volvamos a encontrar con las raíces de nosotros mismos, las que están en libros o museos.

Yo creo que el deseo de autoeducarse está presente en millones de nuestros compatriotas, pero faltan medios para facilitar esa autoeducación. Hoy fui a Pamplona Alta, en el sector de Buenos Milagros: Allí hay una Biblioteca Popular, de dos pisos, con material noble e incluso arquitectura atractiva. Pues bien, esa biblioteca está cerrada a cal y canto desde hace años. Cosas como esa dan rabia y motivo para exigir que el Estado cumpla su compromiso con la educación.

javier dijo...

Giugliano (¿eres el verídico u otra vez te están suplantando?):

No creo que vivamos en un periodo de relativa sequía, sino más bien una tremenda desertización producto de que hace décadas nos recortan el agua y los nutrientes. Vargas Llosa, Arguedas, incluso el Grupo Narración son el canto del cisne de un sistema educativo que, aunque con poca cobertura, estaba a años luz de hoy. Se mire por donde se mire, con el páramo educativo que tenemos no es que tengamos escritores mediocres, es que tenemos médicos, abogados, ingenieros mediocres.

Importantísima la promoción lectora. Pero me temo que hay que empezar por los propios profesores.

Anónimo dijo...

Cierto es que tenemos profesionales mediocres. Creo que se ha perdido el rumbo de la universidad, que hoy por hoy tan solo ofrece eso: un cartón para ejercer una profesión.
Pero también es cierto que, para que se realce el nivel universitario, hay que aceptar también que no todos los universitarios son iguales. Según la capacidad de cada quien, habrá quien tan solo sea un profesional, pero fundamentalmente, la universidad debe formar intelectuales y científicos. El mero profesional, con todo el respeto que se merece, es lo mínimo que un universitario puede llegar a ser. Pero si el gran cúmulo de universidades creadas post Fujimori, con su énfasis en ser entidades CON fines de lucro, es obvio que no tienen mayor interés en formar intelectuales o científicos. Pruebas al canto: esas nuevas universidades solo tienen carreras como derecho, administración,contabilidad,medicina e ingenierías...¿alguna invertirá en física, química, literatura, antropología, arqueología? ¿Acaso la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas UPC tiene una sola carrera científica? ¿La universidad científica del Sur tiene algo de científica?

Sigo pensando que la única opción que nos queda, por el momento, es el autodidactismo, que produjo a Mariátegui y Borges, entre otras luminarias.

Anónimo dijo...

Lo que dice Giuliano Vecco sobre la novela de Thays es muy interesante. Mucha gente se expresa bien de esa novela. ¿Entonces, cómo es que se dice que no hay novedad en el frente? Yo creo que también hay que analizar al público, que no es el mismo de hace cincuenta años. No sólo analizarlo, enrostrarle también su responsabilidad, su conchudez, su pasividad de repetir lugares comunes y dejarse seducir por Magalys y Lauras. Cuando por la calle entrevistan a alguien y le preguntan si ve esos programas, dan a entender que no pueden hacer otra cosa. ¿El abogado que pasó 5 años en una facultad y que ve Magaly,para qué le sirvió su educación entonces? ¿No cambió en nada su criterio, no mejoró sus gustos, no es acaso alguien que ha recibido una educación "superior"?
No me extrañaría, Javier, que esa estupende biblioteca que mencionas no funciona, no por falta de recursos, sino por falta de público. Imagino que alguna vez estuvo abierta y no acudía nadie...¿culpa del alcalde?

Anónimo dijo...

Ese payaso que me suplanta tiene madera para hacer buenos chistes. Deberían contratarlo en Recagados de Risa o para que anime en canal 11. No lo censures, Javier. Me he carcajeado a mandíbula batiente con el post que envía. Qué cague de risa!!!

Giuliano Vecco.

PD: Pero por lo menos redacta bien, pe, mequetrefe.

Paul Cañamero dijo...

hola Javier.. años que no sabía nada de ti.. me gusta mucho tu blog.. sólo leo el tuyo y el de mi flaca.. oye pero porqué te agitas tanto.. yo te recuerdo en paz sin hacerte broncas.. los profesores lamentablemente no entenderían a un buen maestro al frente.. asi que empiecen con el coquito.. tu quieres que un huevón que maneja el tico se suba a un avión.. nicaraguas pues mi estimado.. es hora de que aceptes nuestras condiciones.. son años de puro martirio.. no estamos en cuba.. ¿has visto como han terminado los intelectuales encerrados en el mundo virtual parloteando como señoronas? jajaja.. un abrazo "Panchito".. tu amigo, paul cañamero..

Anónimo dijo...

En el colegio donde laboro como bibliotecario organizé el año pasado un taller de lectura de cuentos con alumnos de secundaria. A los clásicos Reynoso, Congrains, Diez Canseco, etc, les hice leer autores más recientes. Después de cada lectura hacíamos una apreciación crítica desde los mismos alumnos, en cuanto a sus propios puntos de vista, lease valores. Yo les daba una pequeña introducción a la biografía de cada autor leido, su obra, la técnica narrativa y dentro de qué escuela literaria estaban considerados cada uno.

Al final, el cuento que más gustó e impacto, fue Perdidos en la noche de Sergio Galarza (Incluso les hice escuchar la cancion Pale Blue Eyes de Velvet Underground que suena en el cuento, y les gustó también). Los alumnos me pidieron continuar este año con ese taller, pero con cuentos de ese tipo. En sus propias palabras: "cuentos que hablen de cosas que nos pasan a nosotros pe' profe".

A difencia de los profesores, que les hacían leer novelas de Cuautecmoch Sánchez, como parte del Plan Lector, pude ver que de veinticinco alumnos solo leian las novelas cinco alumnos, diez leían a medias el libro y sin entender, y el resto sacaba fotocopia del trabajo que hacian los demás.

Si a un alumno no le gusta leer, creo que es contraproducente hacerle leer una novela de más de 200 páginas, al igual que si a alguien no le gustan los frejoles, no le vas a empujar una frejolada. Pero si le das de cucharada en cucharada y sazonándolo bien con su tocinito y su ajinomoto, pues facil que te pide repeticuá.

Igual creo yo que con los cuentos del taller muchos alumnos están leyendo, comprendiendo lo que leen, y se están dando cuenta que la literatura no habla de cosas aburridas sino de cosas que a ellos les pasa.

Afortunadamente los profesores se han dado cuenta de este detalle y están apoyando en todo, incluso de lo cuentos que leen conmigo, ellos les dejan pequeñas tareas que refuerzan su comprensión. He podido ver las carpetas que arman por cada cuento y creo que se está yendo por buen camino.

Martín Roldán Ruiz

Rafael Inocente, yo nunca he leido ese tipo de libros de autoayuda y comparto la misma repulsa por ese méxican chamuyero, pero te diré que yo soy hincha del fútbol y no te miento que mientras leía tu excelente novela, La ciudad de los culpables, también leía El Bocón.

Anónimo dijo...

Ja, ja, ja, ja, ja!

Qué buena, Martín.

Loco, yo he peloteado en pista (Ingeniería, Breña, Campo de Marte y Piñonate) y en cancha profesional (el estadio San Martín y el Guadalupano) hasta los 18 años o un poquito más, actividad que compartía con el ciclismo "de aventura", pero no solo por los cerros, si no por las pistas de Lima alfanje en mano previniendo a las feroces combis.

El fútbol me parece un deporte formidable: no comparto esa opinión de Borges acerca del deporte más popular del planeta.

Lo que detesto profundamente es al hincha y la parafernalia que ha envilecido al fútbol: sea el grone, el gallina o los hooligans, los hinchas agremiados son en el país esas muchedumbres fanatizadas que votaron a Alan/Lourdes/Ollanta en la última farsa electoral. Ese complejo de MIRAR y DELEITARSE tan sólo mirando me recuerda a los cobardes que vociferaban en el Coliseo Romano mientras los gladiadores se sacaban las tripas.

Lo triste de todo esto es que los futbolistas profesionales no son gladiadores ni se sacan las tripas, envilecidos por las fichas solamente desean alzar un buen billete, tener fama y buena caña y si es posible, jerma de pellejo blanco.

A propósito, ¿cuándo nos jugamos una pichanguita con Gárvich y otras puntas que según se, mueven su bola?

Salud y Libertad

Rafael Inocente

Anónimo dijo...

Y ya que me acordé de mis buenos años peloteros quiero agregar que lo que ha pasado con ese tal Leguizamón es una muestra patente de la estupidez de los entes que manejan este deporte. No estamos aquí para hablar de fútbol pero lo único que nos salvará tanto en la literatura como en el deporte son los verdaderos outsiders. La gente se debe poner a trabajar en vez de perder el tiempo promoviendo cloacas como ese puerto el hueco, me parece que Coral debe aspirar a algo más decente.

Lo dicho, Salud y Libertad siempre

Rafael Inocente

Anónimo dijo...

Estoy de pasada nomás aclarando nuevamente que yo soy el verdadero Giuliano Veco. Cualquier lector medianamente inteligente puede percatarse de los suplantadores que no pueden armar una sola oración sin errores imperdonables. Sólo expresar mis mejores deseos al gran Iván Thays que volvió a su blog literario con ese notición que causó más de una alegría a los que seguimos su interesante carrera. El autor de La disciplina de la vanidad ya ha mandado a imprenta su nueva novela y a nosotros no nos queda otra que esperar ansiosos la aparición de este nuevo éxito.
Con el afecto más honesto

Giuliano Vecco F.

PD: A ese payaso que me suplanta, está bien culantro, pero no tanto. Sé de buenas fuentes que se trata de un poeta que administra un blog que ya no tiene acogida. Veremos.

javier dijo...

Giugliano, sólo por pedir cooperación:

¿Si tu eres el mero mero, no sería mejor que comentaras mis posts con tu firma de blogger?¿O no lo eres?

Anónimo dijo...

Vecco nos desvía del tema central y me parece que le pasa la franela a Thays. No tengo nada contra Thays y menos contra Vecco pero le pediría un poco de seriedad porque cuando no le echa flores a alguien incurre en el autobombo y ahora estamos hablando de la educación peruana y no de los próximos proyectos de X o Y escritor. Mejor que nos dé su opinión sobre ese charlatán que es el mexicano Cornejo.
Gracias.

Nacho Urioste

Anónimo dijo...

Rafael, aunque hace años que colguè los chimpunes (mejor dicho mis fulbiteras zapatillas pescao)puede ser una pichanga de mi retorno a las pistas, jajaja. Creo que el fútbol y la literatura no tienen que estar separados. Como decía un viejo hincha aliancista: "En el Perú los dos más grandes poetas se llaman César: César Vallejo y César Cueto".

Un abrazo

Martín Roldán Ruiz

A ver si nos comunicamos, este es mi mail:
generacion_cochebomba@hotmail.com

Anónimo dijo...

Loco Gárvich, tu página se está volviendo un chongo... modera bien, tío, te han infestado.

Milkito del Troka

Coco Lucho dijo...

Muera el fùtbol.

Anónimo dijo...

Garvich: ¿Sabes cuàntas veces me han recomendado "¿Quièn se ha lelvado mi queso?", "La Vaca" o los libros de Fioschman? Uffff .... La barbarie no se viene, està aquì hace rato.

javier dijo...

Metete:

...y la barbarie aparece en donde menos lo esperas. Hoy estuve en un salón de secundaria de un colegio de San Juan de Miraflores y la mitad del alumnado había adquirido (imagino que por recomendación/ obligación del profesor)nada más y nada menos una flamante edición pirata de "El vendedor más grande del mundo" de Og Mandino...