sábado, 21 de julio de 2012

CHIMBOTE EN LA LITERATURA PERUANA (y seguimos hurgando en la insoportable levedad del ser peruanos)


Lima, siempre Lima. La eterna cantaleta del centralismo de la capital y su visión paternalista sobre el resto de las regiones del Perú. En Lima nos lo tomamos a la ligera, pero –hablando en plata- el centralismo limeño ha sido una maldición para el Perú. Países tan cercanos como Bolivia y Ecuador tienen en sus ciudades igual o más protagonismo cultural que la capital. En México, Guadalajara o Monterrey  se destacan en producción cultural o científica por encima del Distrito Federal. En Alemania hay no menos de una treintena de ciudades de trayectoria estelar en diversas disciplinas o temáticas. Incluso en un país “en vías de subdesarrollo” como lo es  el ahora agónico Estado español, hay varias ciudades que en propuestas culturales  rompen la dicotomía Madrid- Barcelona como Gijón y su relación con la novela negra, Valencia como referencia del arte contemporáneo, Bilbao y sus propuestas de desarrollo sostenible en una ciudad degradada por el industrialismo de dos siglos. Incluso ciudades pequeñas como Mérida, Valladolid o Cáceres se hacen un sitio en el año como impulsores de festivales artísticos internacionales de bastante calidad sea en teatro, cine o música.

He hecho este rodeo para remachar  nuestro anacrónico y perverso centralismo. Centralismo que nos dice que acá en la capital se cocina la sustancia de la inteligencia nacional y que del resto del país apenas se consignarán aportes y complementos (generalmente turísticos y folklóricos).

Y no es así.

En muchos posts yo ya les he informado de la activa vida cultural que hay fuera de Lima. Su lado más visible es la saludable proliferación de Ferias del Libro en distintas regiones, destacando las que se realizan en Trujillo o Huancayo. Pero el otro lado, el más negado, es el de las propuestas y prácticas culturales renovadoras en las letras peruanas. Y Chimbote es una de ellas.

Chimbote -en el imaginario nacional alimentado por cuatro décadas de racismo mediático- aparece como un inmenso pueblo joven, apestoso a más no poder, lleno de cholos imberbes que llegaron buscando el dinero fácil de la pesquería. Un auténtico pandemónium urbano, canon de la informalidad y meca del ignorante con plata. Nadie se imagina en Lima a Chimbote como un faro cultural.

Y, sin embargo, lo es.

Arguedas, nuestro gran pionero, lo vio. Llegó a la bahía y observó lo que los ojos limeños nunca captaban: La diversidad, la magia de la interculturalidad, las potencialidades de los pueblos emergentes, vivos, creadores. Para Arguedas, el futuro del país no se delineaba en la capital, lo hacía en Chimbote, allí se fraguaba el gran experimento de un nuevo crisol de prácticas, de cotidianidades, de culturas.

No me voy a demorar en glosar el aporte de Chimbote a la cultura, apenas cito: desde la formidable producción del grupo Isla Blanca o la originalidad poética del vate Juan Ojeda hasta las iniciativas literarias y editoriales de Jaime Guzmán Aranda, Augusto Rubio y Ricardo Ayllón. De la vigorosa poesía de Enrique Tamay e Italo Morales a la memorabilia narrativa de Miguel Rodríguez Liñán y Braulio Muñoz. Una ciudad donde todavía los recitales de poesía tienen un público masivo y fiel, donde la presentación de un libro se da desfilando por las calles con banda de música o haciendo performance en un burdel. Una ciudad con una variedad revistas de poesía, con programas de radio sobre literatura, una feria del libro consolidada, bastantes (demasiadas) universidades y que cuenta con propuestas innovadoras en políticas culturales sobre el accionar editorial y el uso de las nuevas tecnologías en promoción cultural. ¿No me crees? Ve a Chimbote.

Pero, por encima de todo, está el ascenso y la merecida premiación del escritor Fernando Cueto. Ex policía y (espero) ex abogado, Fernando Cueto se  tiró de bruces a la piscina de la literatura. Se ha convertido en el gran narrador de Chimbote, interpretando su memoria, recreándola y convirtiéndola en parte de nuestra historia: Lancha Varada (Rio Santa Editores, Chimbote 2005) un canto a las promesas truncadas de adolescentes que soñaban con cambiar sus vidas y las de su país. Llora Corazón (Rio Santa editores, Chimbote 2006) que es, sencillamente, la novela de Chimbote: donde nos regala la rica y contundente polifonía de los diversos sujetos que forman parte de una cultura popular que terminará expandiéndose por todo el país. Dio el salto al escribir Días de fuego (Rio Santa/San Marcos, Lima 2008) una novela sobre nuestra guerra interna contada (supongo/imagino) desde su experiencia de suboficial de la entonces Policía de Investigaciones del Perú, una novela –ojo, ojito- nada patriotera ni corporativa, más bien crítica y que nos propone otra visión (inevitable) de nuestra guerra civil. Cueto ha sido galardonado por el prestigioso Premio Copé 2011 de novela por Ese camino existe, una novela dedicada nuevamente al conflicto armado interno y, qué bacán, es la respuesta (otra más, porque hay varias) de esa  otra parte del país frente al discurso tradicional de una literatura mediática capitalina que ha agotado sus recursos frente a un tema que (con excepciones) siempre le ha parecido distante y ajeno.

Fernando Cueto estará este lunes 23 de julio a las 5:30 en la Feria Internacional del Libro en una mesa donde conversaremos sobre Chimbote en la literatura social y política peruana. Allí ustedes podrán bombardearnos sobre todo lo que se les ocurra sobre el tema. Sigo viendo a Chimbote como ese pulmón cultural que siempre nos dice algo. Quien no esté de acuerdo, que venga y nos plantee sus razones.

De momento, y como cualquier futbolero literario, solo me queda decir ¡¡Chimbote corazón!!


10 comentarios:

javier dijo...

Juan Ayala, uno de los grandes Hombres del Teatro Peruano, me manda estas reflexiones que hago compartir con Uds:

Hola Garvich:
Te contesto (rápido) porque si dejo pasar los días ya no te contestaré.
1: Felicitaciones Garvich. Haces bien a 9 años de la francachela por el bicentenario el repensar el "Perú como problema", retomando una polémica ya olvidada, incluso por sus últimos difusores como el IEP.
2: Dices: "el centralismo limeño ha sido una maldición para el Perú"
Falta decir por qué [arriesgo una respuesta: Lima fue la capital de la Colonia y esta condición histórica aún sigue pesando en el trato de los "limeños" con respecto a los "provincianos" de las otras capitales, independientemente si tal postura viene sazonada con un latente e hipócrita racismo, una obvia posición de clase acomodada y con una condición de "peruano" como sinónimo, en el mejor de los casos, de "criollo"; postura manifestada incluso en contra de los "provincianos" ricos (o "emergentes") aposentados en la propia capital: como dijo en su oportunidad una vendedora de ternos de marca "no se trata de plata"]
3: "Meto mi cuchara como teatrero" para darte algunas referencias de que, siguiendo tu lógica discursiva, no toda la "sustancia (teatral)" se "cocina" en Lima. En ese sentido digo lo siguiente: independientemente del lastre y el conflicto que significa este cargamontón de las concepciones pre-modernas (los "yuyas", por ejemplo) y postmodernas (Cueva y "Proyecto Lot" y el movimiento de Performance) en contra del proyecto supuestamente olvidado y/o superado de modernidad teatral que remite en última instancias a la viabilidad o no del "socialismo" en el Perú te digo que el grupo Barricada de Huancayo con 36 años de existencia está por encima de sus pares limeños del MOTIN y de lo más representativo de ese Teatro que producen y auspician los teatreros de la Católica. Esto se desprende de los comentarios de los propios teatreros no-limeños que aún asisten al ciclo de las Muestras Nacionales.
4: Y con respecto a Chimbote, los teatreros (limeños) aún estamos a la espera de que una historia social y política de las prácticas escénicas en el Perú reinvindique a grupos como, por ejemplo, NEPER de Chimbote (Núcleo de Poetas y ¿Estudiantes radicales?). Personalmente, ando buscando estos testimonios pero en estos tiempos de pos-violencia es un poco jodido andar preguntando por la gente (vieja y politizada de aquellos años). Te agradecería mucho, si me puedes poner en contacto con alguien que me hable de NEPER y el Teatro popular de los años '70. Retomando digo lo siguiente: ¿podemos hablar entonces de cierto "Alzheimer" en la degeneración-bloqueo de la capacidad de la memoria histórico-teatral? Sí, y se llama ninguneo y es la interacción preferida de los (teatreros) "limeños" centralistas. Ya comprenderás entonces por qué nuestra incipiente historia teatral necesita de muchos memoriosos "Funes" para intentar dar una respuesta a los periódicos cortes rupturales y a los "sorprendentes" saltos al vacío que han significado los quiebres (traumáticos) de precisamente los dos últimos hitos de aquel proyecto de modernidad ahora olvidado: el "teatro popular de los años '60 y '70" y el "teatro laboratorio de los años '80".

Por otro lado, a ver si me das una mano para organizar un Taller de Cronistas Teatrales desde el Gremio de Escritores del Perú, buscando formar precisamente a esos "Funes" que la memoria histórico-teatral necesita (urgentemente) para combatir el discurso centralista de ciertos "vendedores de humo".

Seguimos en contacto.


Juan Ayala
Cronista de la XX Muestra Nacional de Teatro Peruano 2002
Cronista de la XII Muestra Regional Costa centro 2010
Cronista del 5to Festival de Teatro de Aficionados - ACPJ 2011
http://revistaelzahori.blogspot.com

Anónimo dijo...

Te dejo esto, pienso que suma a tu buen post sobre Chimbote y ese perú Otro:
DOS NOVELAS SOBRE LA GUERRA
Días de fuego de Fernando Cueto, y Hienas en la niebla de Morillo Ganoza
César Ángeles L.
VER En:
http://letras.s5.com/can020412.html

Anónimo dijo...

cesar ángeles L.: Estimado Javier, es verdad ke dejè Chimbote (donde trabajé –y amé, y fui amado– 5 años en una universidad privada de allá, los fines de semana, iba moliendo café, de noche, pasando inquietamente pasamayo de ida y de vuelta) hace ya unos pocos años, pero hasta entonces no sabia de nada de esto ke dices, y te cito debajo, ….es asi como lo narras o estás recargando un poco la tinta? Por lo demás bacán tu crónica i crítica, todo lo demás si me suena conocido, abrazo:
‘Una ciudad con una variedad DE revistas de poesía, con programas de radio sobre literatura, una feria del libro consolidada, bastantes (demasiadas) universidades y que cuentaN con propuestas innovadoras en políticas culturales sobre el accionar editorial y el uso de las nuevas tecnologías en promoción cultural. ¿No me crees? Ve a Chimbote’.

javier dijo...

César, "ritorna á Chimbote". En Lima nos estamos muriendo.

Anónimo dijo...

Es verdad que en Chimbote hay una buena movida cultural, pero sigue siendo una ciudad parecida a un pueblo joven.

translatingirls dijo...

La verdad que mucha de esta información positiva es desconocida para la mayoría de nosotros, no sólo limeños, peruanos en general. Sería interesante que se difunda más información positiva de esta ciudad, y quien mejor para empezar con esta labor que su gente para este trabajo de "marketing cultural". Como veras Javier, los limeños no tenemos nada en contra de Chimbote (y no nos guardes resentimiento), sino más bien "ignoramos" muchas cosas. Tan es así que este fin de semana, me voy para Chimbote! Saludos

translatingirls dijo...

Me parece muy loable el hecho de que una persona ame a su tierra y, de paso, se empape de su cultura para difundirla al resto de las personas. No creo que los limeños tengan algo en contra de Chimbote, sino más bien y, como tú bien dices, es muy poca la información cultural que tenemos de dicha ciudad. Así que no nos odies, please! Más bien animemos a nuestros hermanos chimbotanos a que sean los mejores representantes y difusores de su cultura! Y para muestra, este fin de semana somos Chimbote!

Anónimo dijo...

Cesar Ángeles L. said: Bueno, la lima oficial y semicolonial sí se esta muriendo dear Javier, i en buena hora caraxo….but como sabemos hay varias otras limas, que están recontra vivas i colean,
Más bien a ver dinos (quizá en otro post ad hoc), porfavore, ¿en ké consiste concretamente esa citada –por vos- ‘variedad de revistas de poesía’, cuàles son esos ‘programas de radio sobre literatura’, cuál i cómo así es esa ‘feria del libro consolidada’ en Chimbote, y cuáles son i en qué consisten ‘las propuestas innovadoras en políticas culturales de las bastantes (demasiadas) universidades’ de allá, así como a cuál ‘accionar editorial y el uso de las nuevas tecnologías en promoción cultural’ te refieres? Te reitero que esto es solo por saber la información que manejas y has visto, xq al menos hasta hace muy pocos años no vi nada de esto en el puerto, o solo un pequeño porcentaje, de ahí que te decía si no estabas cargando las tintas a favor del paisaje cultural chimbotano, el que, coincidido contigo, es mejor de lo que (no) se piensa desde la puta lima postvirreynal. Algo ke, en general, sucede con la pobre imagen que muchos-as aki (no)tienen de lo que pasa fuera de las murallas centralistas. Un abrazo, sobre alguna virtual bolichera navegante.

javier dijo...

Cuando llegué a Chimbote en el 2005 habían no menos de seis revistas distintas de literatura, recuerdo Alborada, Altamar, Puerto de Oro, amén de fanzines universitarios. En cuanto a programas culturales en radio, Augusto Rubio te puede citar bastantes porque él ha sido protagonista muchos de ellos. Toda la onda de Marea Cultural que él promociona es un espacio que no aparece en otras partes del Perú y se alimenta justamente de la actividad cultural chimbotana. La praxis del Centro Cultural Centenario también es interesante en tanto aplica asertivamente su sinergia con la empresa privada. Las demasiadas universidades es verdad, porque creo que hay seis aunque de dudosa calidad (por eso mencioné lo de "demasiadas"). En Chimbote vi la alianza entre papelerías, escritores y docentes para que en los colegios se leyera literatura chimbotana y la cosa resultó al punto que Marco Merry se convirtió en el escritor más leido en los coles de la ciudad (para bien o para mal). Esa estrategia no la he visto en otra parte. El esfuerzo de Jaime Guzmán y su editora Rio Santa es encomiable en su objetivo de promocionar un canon chimbotano. Ya, Chimbote no es Nueva York, ni siquiera es Barranco.Pero allí he visto cosas que ya quisieran hacerse en muchos distritos populares de Lima.

jmtenniel dijo...

Muy buen post, aunque suscribiria que no hay nada especifico en contra de Chimbote desde Lima. De hecho, tu post ha despertado mi interes por leer a Luis Fernando Cueto.