jueves, 6 de agosto de 2009

ODIOSAS COMPARACIONES. Dos aniversarios, dos maneras de recordar a los grandes escritores


Éste es el año del Centenario del nacimiento de Ciro Alegría en el Perú y es el año del Bicentenario del nacimiento de Nicolás Gógol en Rusia. Hablamos de pesos pesados: Ciro Alegría es todo un referente en la literatura peruana del siglo XX, a Gógol se le considera uno de los fundadores de la narrativa rusa. El mundo es ancho y ajeno y Almas Muertas son dos clásicos de la literatura universal.

Y sin embargo, a ambos se les rinde homenaje de forma distinta.

Para empezar, a Gógol no solamente lo conmemoran los rusos. Ucrania (Gógol nació en la aldea ucraniana de Soróchintsi) le disputa a Rusia el patrimonio del escritor y ambos países se han enzarzado en una curiosa competencia a ver quien lo festeja mejor.

En Rusia los actos del Bicentenario incluyen múltiples interpretaciones y adaptaciones en teatro, radio y televisión de sus célebres cuentos La Nariz, El Capote y la aún vigente sátira teatral El Inspector. Se ha exhibido una carísima versión cinematográfica de Taras Bulba. El canal Kultura está emitiendo toda una batería de documentales sobre la biografía de Gógol (a cargo del gran gogólogo por excelencia Igor Zolotusski) y se han tirado ediciones especiales de sus obras (abundan las ilustradas). Además, el Museo de Historia de Moscú inauguró una exposición temporal con objetos personales del autor y numerosos escritos y originales. No falta la inevitable estatua (levantada en el bulevar Nikitski, junto a la casa donde murió Gógol) ni las monedas conmemorativas. Claro, esto no es nada comprarado con lo que hicieron en 1999 para celebrar el Bicentenario de Pushkin, donde tiraron la casa por la ventana, casi literalmente.

Mientras tanto, en Ucrania, no se ahorran conferencias con numerosos escritores e intelectuales, se les ha dado lustre a los tres museos dedicados a Gógol y se ha editado en Kiev la primera edición en ruso y en ucraniano de sus obras completas. Allí hay todo un movimiento reivindicador de Gógol como escitor ucraniano.

¿Y en el Perú? En marzo, la viuda de Ciro Alegría comunicó a los medios que el gobierno, el Estado y la Municipalidad de Lima se iban a comprometer en el año del Centenario del escritor: actividades conmemorativas durante todo el 2009, la creación de una Casa de la Cultura Ciro Alegría, de una Fundación, de la posibilidad que una editorial española reimprimiera sus obras, hasta una placita en Surco con su busto.... Que yo sepa, lo único que hemos visto ha sido un acto celebratorio del malhadado Congreso de la República (sí, el mismo que hizo también esto) y nada más. En San Marcos, como mucho, un coloquio internacional de crítica literaria le dedicó una de sus mesas.

Luego nada. Ni Fundación, ni Casa de la Cultura, ni reimpresiones especiales de sus obras, ni documentales, ni museos, ni una miserable estampilla ni nada. El gobierno está muy ocupado en coimear y esconder sus matanzas, la Municipalidad solo piensa en cemento y en la próxima coyuntura electoral. Ni el Ministerio de Educación ni mucho menos el INC han hecho algo para que nos enteremos que este es el Año del Centenario de Ciro Alegría.

Odiosas comparaciones: mientras que en Rusia y Ucrania homenajean a su Gógol hasta el cansancio, en el Perú tratamos a nuestro Ciro Alegría como un escritor de segunda categoría.

Y no solamente es asunto del Estado. Muchas instituciones y personalidades del mundo de la cultura no han dicho esta boca es mía. Ciro Alegría ha pasado de puntillas por la última Feria del Libro (¡QUE DEBIERA HABER LLEVADO SU NOMBRE, QUE SON CIEN AÑOS, CARACHO!). Las universidades tampoco se han movido lo suficiente (y la mayoría, ni se ha movido). Ni siquiera las promociones de los colegios, asociaciones, institutos y tantas organizaciones de la sociedad civil que llevan el nombre del escritor, han asumido la seriedad que significa celebrar un centenario.

A ver, yo no soy de los que endiosan escritores y mucho menos voy a poner al autor de Los perros hambrientos en un sanctosantórum. Pero, oigan, es bien triste ver como otras sociedades quieren a sus escritores, los leen y mantienen vivo su legado y testimonio; mientras que nosotros estamos volviéndonos desmemoriados, casi amnésicos, pusilánimes y triviales ¿Cien años de Ciro Alegría? Ah, bonito, sí ¿y? ¿Pasa algo?

Es signo de los tiempos. Como lo señalé hace unos meses, las élites limeñas están volviendo a rediseñar nuestra imagen de país, están volviendo a escribir nuestra historia y están reconstruyendo nuestro canon literario. En esa empresa de apropiación y reconfiguración de lo que supuestamente fuimos y supuestamente somos, Ciro Alegría no tiene mucho sitio, como tampoco lo parece tener el arcaico Arguedas (ojo, en diciembre se cumplen 40 años de su muerte) ni mucho menos la profusa literatura amazónica del último cuarto de siglo. A Vallejo se le tolera por su "experimentalismo poético" y su gancho internacional, aunque se le ha cercenado cualquier alusión a su ideología o a su praxis política. Vargas Vicuña no existe, Scorza es bizarrito, el Grupo Narración es sólo intrusismo político en la literatura, los narradores de los ochenta fueron unos fracasados y la actual literatura andina sólo es un invento más del resentimiento nacional. Eso es, más o menos, lo que se les van a enseñar a los adolescentes y jóvenes peruanos dentro de muy poco, si es que no cambian las cosas.

La manera vergonzosa como malcelebramos el Centenario de Ciro Alegría es un ejemplo de los nuevos y tristes derroteros hacia donde va nuestra cultura. Ahora que nos regodeamos de las victorias del pisco peruano sobre el chileno, valdría la pena saber cómo ellos celebraron en el 2004 el Centenario de Pablo Neruda.

Otra odiosa comparación.


P.D. Todavía estamos a tiempo, el VIII Encuentro Nacional de Escritores Jesús Manuel Baquerizo va a homenajear como se debe a Ciro Alegría en Huamachuco. Y, al parecer, se realizarán sendos encuentros de narradores con su nombre en Trujillo y Cajamarca. Aún así, creo que no es suficiente. Perdonen mi pesimismo.

14 comentarios:

Roberto dijo...

El centenario de Ciro Alegría y el Quinto Centenario de los Comentarios Reales de Garcilazo de la Vega. Había harto allí que meter en esta Feria del Libro (a la sazón, nuestro mejor festival cultural del año). Saludos

Fernando Velásquez dijo...

Tendrá que ver que los apristas nunca le perdonaron renunciar al partido y luego afiliarse a Acción Popular? No sería raro tal mezquindad en sus filas. Durante años Luis Alberto Sánchez solo supo escribir improperios contra Alegría. Mejor así: en el Perú las figuras homenajeadas terminan siempre capturadas y empobrecidas por su incorporación oficial.

batalla de papel dijo...

Es triste que el Perú no sea capaz de homenajear a un gran escritor como Ciro Alegría, uno de los más grandes que hemos tenido.
Del gobierno se puede esperar poco o nada, siempre ha estado ajeno a la cultura y está más preocupado por enriquecerse.
El Perú es un país de múltiples culturas, lo triste es que no hemos aprendido a integrarnos en todas nuestras culturas.

Anónimo dijo...

Hola: Con respecto a "Odiosas comparaciones...", Selenco Vega, el ganador del Premio de Novela CPL, dedicó sus palabras de gradecimiento por el premio a Ciro Alegría. El discurso completo lo pueden ver haciendo clic en: http://camilofernande.blogspot.com/2009/08/discurso-de-selenco-vega-al-recibir-el.html
Ciao

Anónimo dijo...

Lo más triste es que prácticamente Ciro Alegría se ha convertido en un escritor de culto entre la gente común y silvestre. Díganme sino, ¿quién lee ahora "La serpiente de oro" o "El mundo es ancho y ajeno" (en sus versiones completas, claro está), aparte del público estrictamente académico?

Debemos difundir con mayor ahínco la obra de Alegría. No se le debe leer tan solo en la universidad. Por otra parte, la literatura y el arte serios siempre han sido ninguneados en este país.

Por supuesto, esta basofia que dice llamarse gobierno condecora a Magaly antes que ocuparse de tan ilustre escritor.

Y por último, ¡lean a los clásicos!Por favor, nada de "Juventud en éxtasis".

Charly Martínez.

Anónimo dijo...

El año pasado se cumplieron los cien años del actor Luis Alvarez Torres [LAT] y la ninguneada de siempre también "echó sus reales" en la institución teatral en la cual LAT desarrolló lo mejor de su carrera profesional [entiéndase, la Asociación de Artistas de Aficionados]. Así que incluyamos en el campo de los para nada "memoriosos" a las instituciones no-gubernamentales como la AAA. Al final de cuentas, resulta irelevante si es por ignorancia o por descuido, el silencio siempre es silencio.
Finalmente, con respecto al centenario de Ciro Alegría queremos manifestar que no sorprende para nada cómo los mismos apristas olvidan a los intelectuales que en algún momento trabajaron para ese partido. Claro, para tenerlos presentes habría que tener un mínimo de intelecto, ¡pero que intelecto se le puede pedir a un partido fascista!

javier dijo...

¡cien años de Luis Álvarez! Un titán del teatro peruano. Recién me entero. Pucha, qué vergüenza.

Anónimo dijo...

Ojo: es "Manuel Jesús Baquerizo", y no "Jesús mMnuel Baquerizo"

Basilio Ignacio dijo...

Coincido plenamente con Nando, el APRA NO OLVIDA.

El vejete Luis A. Sánchez, preocupado siempre de inventar genealogías espúreas a sus compadres y a sí mismo, odió a muerte a Ciro Alegría y jamás le perdonaron su renuncia al APRA (con bronca y serias denuncias sobre corrupción, ya en aquella época) y su afiliación a una naciente Acción Popular, que en esos años era, plop, tildada de comunista!

Crecí leyendo Los Perros Hambrientos, El Mundo en Ancho y Ajeno, La Serpiente de Oro, sus brillantes relatos y jamás terminaré de lamentar su temprano fallecimiento.

¿Alguien por ahí leyó el Lázaro?

Por último:

¿por qué gente de un nivel de conciencia tan elevado y esclarecido como Ciro Alegría engendra parentela tan informe como don Alonso?

Excelente aunque iluso artículo, querido Gárvich.

No puedes esperar nada bueno de un gobierno de delincuentes comunes, ladrones, genocidas y decididamente analfabetos como los apristas.

La inmaculada ignorancia es el sello del Partido Aprista Peruano.

Basilio Auqui Salvatierra

Anónimo dijo...

Javicho, qué opinas de lo de Goyo y su abecechedario?

Está sacando roncha. Los letratenientes y sus esbirros alistan baterías para responder a los audaces cochebombas que han enfilado sus plumas contra el representante más conspicuo del canon literario criollo, si ese que era tu pata y que vive en Yankilandia.

¿Qué diría Ciro si viviera?

Ciudadano Culto

Javicho dijo...

Buen post, Garvich. Muchas veces no estoy de acuerdo con lo que escribes, pero esta entrada me parece impecable.

LuchinG dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Basilio Ignacio dijo...

Javier:

¿Se ha dado cuenta cómo la burguesía festeja a Ribeyro?

Hasta los imberbes de canal 6 (Schuller y los dos bustos parlantes que le acompañan) celebraban ayer sus Prosas Apátridas. En vivo y en directo.

Por otro lado, en cuanto a la premiación del pasquín Correo por su racismo desembozado, de qué se asombran?

Faverón se rasga el hábito, pero sin embargo, NO DIJO NADA sobre el SILENCIO CÓMPLICE del escritor MARIO VARGAS LLOSA respecto al genocidio de casi MIL POBLADORES DE LAS ETNIAS AMAZÓNICAS cuando el BAGUAZO, por parte del estado criollo capitaneado por el genocida ALAN GARCÍA. Su casi pariente Vargas Llosa calló vilmente como lo hizo cuando la masacre de los penales. Ése si es un ejemplo de humanista.

Vargas Llosa cómplice de Alan García y Faverón alabando a Vargas Llosa, luego Faverón mesándose los cabellos porque el cholo arequipeño con ínfulas de comediante, Andrés Bedoya Ugarteche, clama porque el estado criollo arroje napalm en las comunidades campesinas.

¡Pero si ya Alan lo acaba de hacer en Bagua!

¿O eres taco o te haces?

Y casi nadie dijo nada. Esa masacre está cayendo en el olvido.

Pobre Ciro. El mundo sigue siendo ancho y ajeno y en manos de tiranos.

Basilio Auqui Salvatierra

Instantaneas dijo...

Ay mi querido Javier... q vieja historia esa de un país q no sabe reconocer ni rendir homenaje a sus artistas! Yo recuerdo haberla escuchado desde que era un niño. Y, lamentablemente, parece q la cosa no ha cambiado todavía...

aunq también t diré q ese tipo de discurso sobre el tema ya está también un poco "manido", no habría q recurrir a otra forma de reinvidicación, crítica del asunto?

un abrazo