Agosto nos traen las discutidas Olimpiadas de un régimen que no es trigo limpio de ninguna manera (aunque ¿qué régimen puede tirar la primera piedra? La Grecia olímpica del 2004 se montó sobre varios negociados y oscuras comisiones empresariales, la Australia de Sydney sigue teniendo sesgos profundamente racistas en su política de atención a los inmigrantes, los juegos de Atlanta 96' se han considerado como los peores de la historia moderna y etc...) además los peruanos no nos vamos a comer ni un rosco.
Sin embargo, hubo una época en que Perú miró con curiosidad esos juegos y donde nuestra inocencia era tanta que casi regresamos como campeones. Sí, me refiero a los no menos polémicos juegos de 1936 en Berlín. Y estos días les voy a contar en cuatro capítulos mi versión de una época desconocida donde los peruanos se toparon de bruces con la frenética política internacional.
Mañana empiezo a contarles la historia de ONCE PARES DE BOTAS CONTRA HITLER
(Sí, me voy por las ramas, le doy demasiada concesión a temas extraliterarios, barro para mi esquina. Pero tengan en cuenta que éste es también mi blog y que, para ser sincero, me moría de ganas de contarles esta historia)
Bueno, alla vá
1 comentario:
Bravo tocayo!!!! Haz en tu blog lo que te dé los forros!!!!!
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